La oferta actual de propiedades se canaliza principalmente por medio de una gran cantidad de corredores de propiedades existentes, junto a algunos propietarios que deciden vender directamente sus inmuebles, para ahorrarse unos pesos, prescindiendo erroneamente de la asesoría especializada que solo les puede dar un profesional inmobiliario.
Todo esto en un entorno marcado por una imagen pública en algunos casos negativa que algunos agentes se han encargado de crear. Con esto me refiero mas precisamente a la responsabilidad que tienen quienes solo ven esta labor como una forma de ganar mucho dinero, por sobre nuestro gran objetivo fundamental que tiene que ser el de, “ayudar a buscar y encontrar un hogar para nuestros clientes y sus familias”.
La sobrevalorización de las propiedades es un tema más que recurrente también, debiendo asesorar y hacer entender al cliente propietario sobre el precio justo y sus posibilidades de venta reales, y así no perder un tiempo precioso alargando de forma innecesaria el proceso de venta.
No es una tarea fácil hacer que quien vende entienda cual es el valor real de su inmueble. Normalmente nos encontramos con este problema y es entendible, ya que a veces les cuesta aceptar que el valor sentimental “no es igual” al valor real.
Lo peor de todo esto es que, quienes deberían asesorarlos en muchos casos no lo hacen, habiendo muchos corredores (muchos muy prestigiados y con gran experiencia), dispuestos a gestionar la venta en las condiciones que el propietario cree que son correctas, pero no siendo capaces de orientarlo y decirle cual es el precio real del inmueble.ra Hogar y Oficinas
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